La música y los instrumentos musicales han estado presentes en la vida humana desde hace miles de años, desde los tiempos más remotos de la prehistoria. En aquellos tiempos, los hombres no tenían conocimientos avanzados de tecnología ni de ingeniería, por lo que los instrumentos que se creaban eran simples y rudimentarios.

Uno de los primeros instrumentos musicales que se conocen son las flautas, hechas de huesos o de cañas. Los hombres de la prehistoria se dieron cuenta de que podían soplar por un extremo de un objeto hueco y producir un sonido, y de esta forma nació la flauta. Estos instrumentos se usaban en ceremonias y ritos religiosos, y también para acompañar los bailes y las festividades que se hacían en las tribus.

Otro instrumento musical que se usaba en la prehistoria eran los tambores, que se hacían con troncos huecos o con pieles tensadas sobre una estructura. Los tambores permitían a las tribus crear ritmos y patrones que acompañaban los cantos y los bailes. También se utilizaban para comunicarse entre tribus lejanas, ya que su sonido podía oírse a largas distancias.

El uso de los instrumentos musicales en la prehistoria no sólo tenía fines festivos o religiosos, sino también terapéuticos y curativos. Los hombres de la tribu utilizaban los sonidos y la música para ahuyentar los malos espíritus, para curar a los enfermos y para crear un ambiente de paz y armonía en la comunidad.

A pesar de la sencillez y la falta de tecnología de estos instrumentos, su uso se ha mantenido a lo largo del tiempo y ha evolucionado hasta llegar a los instrumentos que conocemos hoy en día. Los primeros instrumentos musicales en la prehistoria fueron el punto de partida para el desarrollo de la música y la creación de nuevos instrumentos que han ido enriqueciendo el patrimonio musical de la humanidad.