Las figuras y los silencios son elementos fundamentales en la música, ya que le dan forma y ritmo a la pieza.

Las figuras representan la duración del sonido y se clasifican de acuerdo a la longitud del tiempo que ocupan. Es decir, una figura redonda dura cuatro tiempos, una blanca dos tiempos, una negra un tiempo y así sucesivamente.

El uso de diferentes figuras en una pieza musical permite crear distintos patrones rítmicos que generan una sensación de fluidez y movimiento en la música.

Por otro lado, los silencios también son importantes, ya que le dan pausa y descanso a la melodía. Estos pueden tener diferentes duraciones al igual que las figuras, y se representan con figuras que están llenas de color negro.

El uso de silencios estratégicos en una pieza musical puede generar tensión e intensidad para después liberarla de manera dramática y sorprendente, lo que da un mayor dinamismo a la música.

En conclusión, tanto las figuras como los silencios tienen una gran importancia en la música porque le dan ritmo, forma y emoción, permitiendo a los músicos crear una variedad de patrones rítmicos y efectos emocionales para comunicar sentimientos e ideas a través de la melodía.