Cómo escribir los dominantes secundarios

Cómo escribir los dominantes secundarios

La escritura de los dominantes secundarios en música es una parte fundamental para generar tensión y variar la armonía de una composición. A través del uso adecuado de los acordes dominantes secundarios, se logra generar un cambio significativo en la tonalidad y agregar emoción a la música.

Los dominantes secundarios son acordes que se utilizan para resolver hacia un tono distinto al tono principal de la tonalidad. Estos acordes se forman mediante la incorporación de un acorde dominante que resuelva hacia una tonalidad diferente.

La forma más común de escribir los acordes dominantes secundarios es utilizando la notación de análisis funcional. Esta notación se basa en el uso de números romanos para representar las notas de una escala y los acordes que se forman a partir de ellas. Por ejemplo, en la tonalidad de Do mayor, el acorde de dominante secundario de Sol mayor se escribiría como V/V, indicando que es el acorde de quinta de la tonalidad de Sol mayor.

Para escribir los acordes dominantes secundarios, es importante tener en cuenta la relación que tienen con la tonalidad principal y cómo resuelven hacia otros acordes. Es común utilizar los dominantes secundarios para resolver a acordes de tonalidades vecinas, lo que genera una sensación de movimiento y progresión armónica.

Es recomendable utilizar los dominantes secundarios de forma consciente y buscar el efecto deseado en la música. Al escribir los acordes dominantes secundarios, se puede experimentar con diferentes combinaciones y resoluciones para lograr un resultado interesante y atractivo.

En resumen, la escritura de los dominantes secundarios es una herramienta valiosa para generar variación y emoción en la música. Utilizando la notación de análisis funcional y teniendo en cuenta las resoluciones adecuadas, se puede lograr un efecto impactante y creativo en la armonía de una composición musical.

¿Qué son los acordes secundarios?

Los acordes secundarios son acordes que se forman a partir de los grados II, III, VI y VII de una escala mayor. Estos acordes se llaman "secundarios" porque están construidos a partir de los grados secundarios de la escala.

A diferencia de los acordes primarios, que se forman a partir de los grados I, IV y V de la escala mayor, los acordes secundarios tienen un carácter más inestable y generan una sensación de tensión. Estos acordes suelen utilizarse para dar un giro armónico interesante a una progresión de acordes.

Por ejemplo, en la escala de Do mayor, el acorde secundario más común es el acorde de Dm (II grado). Este acorde se forma tomando la segunda nota de la escala (Re) como nota fundamental y construyendo el acorde sobre esta nota.

Los acordes secundarios se representan con números romanos en las partituras y cifrados musicales. Por ejemplo, el acorde secundario de Dm se representa con el número romano II.

Es importante tener en cuenta que los acordes secundarios pueden utilizarse en diferentes tonalidades y escalas, no solo en la escala mayor. Por ejemplo, en la escala menor armónica, los acordes secundarios se forman a partir de los grados II, III, V y VII de la escala.

En resumen, los acordes secundarios son acordes que se forman a partir de los grados II, III, VI y VII de una escala mayor (o de los grados II, III, V y VII de una escala menor armónica). Estos acordes generan tensión y se utilizan para agregar variedad y color armónico a una progresión de acordes.

¿Cuántos tipos de dominantes existen?

En la teoría musical, existen diferentes tipos de dominantes que se utilizan para crear tensión y resolverla. Esta tensión y resolución es esencial para la estructura armónica de una composición.

Uno de los tipos de dominantes más comunes es la dominante primaria, también conocida como V7. Esta se construye utilizando la quinta nota de una escala, que es el grado dominante, y agregando una séptima menor. Su función principal es resolver en la tónica, generando una sensación de estabilidad.

Otro tipo de dominante es la dominante secundaria. Esta se construye utilizando una nota que no pertenece a la tonalidad principal, pero que tiene una función dominante en relación a la siguiente tonalidad. Por ejemplo, en la tonalidad de Do mayor, la dominante secundaria de Sol mayor sería un acorde de Re7. Esta dominante secundaria crea una mayor tensión antes de resolver en la tónica.

Además de las dominantes primarias y secundarias, también existe un tipo de dominante conocida como la dominante extendida. Esta se construye añadiendo notas adicionales, como la novena, la undécima y la decimotercera, al acorde de dominante. Estas notas añadidas le dan un sonido más complejo y sofisticado.

Por último, existe la dominante alterada, que es una variante de la dominante extendida. En este caso, algunas de las notas del acorde de dominante se alteran, es decir, se sustituyen por notas que no pertenecen a la tonalidad principal. Esto crea una mayor tensión y disonancia, generando un sonido más atrevido y experimental.

En resumen, existen diferentes tipos de dominantes en la música, como la dominante primaria, la dominante secundaria, la dominante extendida y la dominante alterada. Cada una de ellas tiene características diferentes y cumple funciones específicas en la estructura armónica de una composición.

¿Qué escala se usa en los dominantes sustitutos?

En el estudio de la armonía musical, los dominantes sustitutos son acordes que pueden reemplazar a los acordes dominantes en una progresión armónica sin cambiar la función tonal. Estos acordes sustitutos se construyen a partir de una escala específica.

La escala utilizada en los dominantes sustitutos es la escala disminuida. Esta escala se genera a partir de la tónica del acorde dominante y toma sus notas principales de la escala menor melódica descendente.

Por ejemplo, si tenemos un acorde de dominante en C, que normalmente sería un G7, podemos utilizar el acorde de dominante sustituto Db7. La escala disminuida que se utiliza en este caso estaría construida a partir de la nota tónica Db y tomaría notas de la escala menor melódica descendente de Db.

Es importante mencionar que la escala disminuida se caracteriza por tener un patrón de intervalos simétrico, ya que está construida a partir de intervalos de semitono y tono alternados. Esta simetría proporciona una flexibilidad en la elección de las notas y facilita la sustitución de los acordes dominantes.

En resumen, la escala disminuida es la escala utilizada en los dominantes sustitutos. Esta escala se construye a partir de la tónica del acorde dominante y toma notas de la escala menor melódica descendente. Su patrón de intervalos simétrico le brinda flexibilidad y facilita la sustitución de los acordes dominantes en una progresión armónica.

¿Qué son los dominantes por extensión?

Los dominantes por extensión son una forma de establecer relaciones semánticas entre palabras, basados en la idea de que una palabra puede "abrazar" o incluir a otras palabras más específicas.

En lingüística, los dominantes por extensión se definen como palabras o conceptos que tienen un significado más amplio o general, y que pueden servir como categorías o marcos de referencia para palabras más específicas. Se caracterizan por abarcar una serie de términos relacionados y compartir características comunes.

Un ejemplo claro de dominante por extensión es la palabra "animal". Este término engloba a una gran cantidad de especies, como perros, gatos, pájaros, peces, entre otros. Cada una de estas especies es más específica, y se puede considerar como una subcategoría del dominante "animal".

Los dominantes por extensión son útiles para organizar y clasificar palabras en un sistema jerárquico. Permiten establecer relaciones de inclusión y jerarquías, y facilitan la comprensión y estudio de las palabras dentro de un contexto más amplio.

Además de la jerarquía, los dominantes por extensión también pueden establecer relaciones entre palabras a través de la metonimia. Esto significa que una palabra puede representar a un dominante por extensión mediante una relación de contigüidad o asociación. Por ejemplo, la palabra "casa" puede representar al dominante "hogar" o "vivienda".

En conclusión, los dominantes por extensión son palabras más generales que abarcan un conjunto de términos más específicos. Son útiles para organizar y clasificar palabras en un sistema jerárquico, y permiten establecer relaciones de inclusión y metonimia. Su uso es fundamental en la lingüística y el estudio del lenguaje.